En toda España, los bancos regionales de ahorros se han fusionado, han cerrado o viajan en autobuses después de que las desarrolladoras de bienes raíces incumplieron decenas de miles de préstamos en años recientes. Foto: Reuters.
LAROUCO, España--Desde que esta localidad de 544 habitantes en el noroeste rural español perdiera su único banco, Manuel Rodríguez García, de 87 años, debe recorrer unos 8 kilómetros por una carretera sinuosa hasta la localidad grande más próxima para conseguir efectivo.
“Nos lo estamos tomando bastante mal”, señala Rodríguez García. A él le lleva algún amigo o le toca pagar 12 euros por un taxi dos o tres veces al mes. “En lugar de beber mucho vino, tenemos que beber un poco menos”, bromeó con sus amigos en uno de los dos bares del pueblo.
La banca por smartphone ni se considera. La gente mayor, dijo, “no está preparada para eso”.
Por toda España, las cajas de ahorros se han fusionado, han cerrado o han sido nacionalizadas en los últimos años después de que los promotores inmobiliarios declararan la suspensión de pagos de decenas de miles de créditos. A cambio de 41.000 millones de euros en fondos de rescate de la Unión Europea, España accedió en 2012 a cerrar miles de sucursales para impulsar las ganancias de las entidades nacionalizadas, una medida de recortes de costos que está cambiando el modo en que los españoles operan con los bancos.